
Lo que mamá le prohíbe, la maestra le deja y así continuamente y día a día. Esto como es normal provoca que el niño se encuentre entre la espada y la pared y al final no sepa que debe y que no debe hacer, y si lo hace o no lo hace de que manera para no acabar mal y que nadie le regañe.
El niño debe ensuciarse todo lo que pueda y más, desordenar porque es un niño y esta en la edad de hacer todas esas cosas, si se ensucia pues luego se le da un baño y la ropa a la lavadora y si se desordena se le debe enseñar a ordenar y a volver a ponerlo todo en su sitio.
Yo he tenido mucha suerte porque cuando era niña en mi casa no me prohibían que me ensuciara o que desordenara totalmente al contrario. Si iba a clase y venía limpia mi madre ya sabía que no me lo había pasado tan bien puesto que ese día no había ni jugado a los chinos y no traía medio patio en los bolsillos del babi, tampoco había pintado con acuarelas o con pinturas de dedos puesto que no llevaba el babi para enmarcarlo y tampoco había jugado con plastilina porque no llevaba bolitas de plastilina. Y a la hora de jugar como todo niñ@ desordenaba un montón mi cuarto y los juguetes pero cuando acababa de jugar había que dejarlo todo tal y como me lo había encontrado, todo recogido.
La educación en la casa y en el colegio debe ser una labor educativa conjunta. No puede ser que en casa se le diga una cosa y en colegio se le diga otra. Es por eso que como muchas veces nos hace referencia la profesora Carmen nuestra labor como educadores no debe acabar en el colegio si no profundizar un poco en casa para saber como están educando a ese niñ@ para así no alterar mucho la educación del niñ@ e ir todo a un mismo ritmo.
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